
"Cruzaban la llanura bajo una luna que todavía no aclaraba el suelo que pisaban. El muchacho, agarrado a los arreos del burro, sentía el balanceo del animal como una letanía tan monótona como el territorio que atravesaban. Negro en las alturas, en el horizonte y en los eriales. Guiado por el viejo y sostenido por el asno, se abandonó a los recuerdos del lugar del que procedía."
No tardé en decidirme por esta novela. Las múltiples reseñas positivas y la publicidad que la editorial ha hecho de ella lo precedían y, cargado de expectativas, no me he sabido resistir mucho tiempo a su sencilla portada en la que una nívea cabra nos observa de reojo invitándonos a descubrir los secretos que esconde.
Y descubrimos incertidumbre. Tierras áridas y dejadas de la mano de Dios. Y soledad, mucha soledad. El autor no se molesta a situarnos ni en el tiempo ni en el espacio de forma voluntaria para que el lector experimente el desamparo y el desvalimiento que siente el protagonista de la novela. La historia arranca con un chico que huye desesperadamente de la aldea que le ha visto crecer. Sin saber la causa de dicha fuga el lector seguirá la odisea del pobre muchacho viviendo a flor de piel y con todo lujo de detalles -no es el autor de los que censura fragmentos duros de la narración- el hambre, la muerte, la soledad y su pasado que lo persiguen sin amainar en ningún momento. El único balón de oxígeno que conede Jesús Carrasco al protagonista y al lector es la aparición de un viejo cabrero que es tan taciturno en apariencia como benigno y humanitario de corazón. Es por eso que, mediante escasos diálogos, se convierte en guía y guardián del joven protagonista y le ayuda a huir de sus incansables perseguidores.
Comentarios como el de Elena Ramírez (Seix Barral) también contribuyeron a que me atreviera con Intemperie: "Si tuviera que describirlo diría que estamos ante la riqueza de Miguel Delibes y la fuerza de Cormac McCarthy fundidas en una voz propia. No consigo quitármela de la cabeza; es uno de esos libros que te cambian al leerlos". Desgraciadamente no he tenido la oportunidad de leer nada del primer autor que nombra, aunque soy conocedor del amor que sentía por la geografía castellana y la calidad de sus descripciones sobre esas baldías tierras de la Península Ibérica. Quien sí que conozco es a Cormac McCarthy y aunque, confieso, no es mi autor preferido, su estilo me agradó mucho y, al igual que Elena Ramírez, identifico su fuerza con la de Jesús Carrasco. Sin embargo, este dota a su narración de un estilo más poético y sensible a los sentimientos de sus personajes mientras que el autor americano suele centrarse más en los hechos.
Intemperie es una historia diferente que transmite un silencio desasosegado a través de sus extensas
descripciones y su falta de diálogos. Un relato duro y no apto para lectores sensibleros. No hay más de cuatro personajes y ninguno goza de nombre, lo que hace, si cabe, aun más desolador el entorno de la trama. De hecho no hay ningún nombre propio en todo el relato. Un guiño más a McCarthy. En una entrevista en el programa Página 2 el autor no dudó en considerar al paisaje como el quinto personaje de la historia. Su ritmo lineal -aunque no monótono- encaja completamente con el estilo descriptivo e imperturbable del autor.
descripciones y su falta de diálogos. Un relato duro y no apto para lectores sensibleros. No hay más de cuatro personajes y ninguno goza de nombre, lo que hace, si cabe, aun más desolador el entorno de la trama. De hecho no hay ningún nombre propio en todo el relato. Un guiño más a McCarthy. En una entrevista en el programa Página 2 el autor no dudó en considerar al paisaje como el quinto personaje de la historia. Su ritmo lineal -aunque no monótono- encaja completamente con el estilo descriptivo e imperturbable del autor.
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Jesús Carrasco y yo - Sant Jordi 2013, Barcelona |
Una cosa que me llamó especialmente la atención es que los personajes no recitan su situación para que el lector entienda sus idas y venidas sino que tendremos que intuirlo a través de las pistas que van cayendo a cuentagotas de ciertos diálogos y pensamientos. No hallaréis en este libro ninguna explicación sino que es deber del lector entrever la raíz de la historia a partir de esporádicas menciones.
En conclusión, esta breve novela (221 páginas) es como un paréntesis. Una narración diferente para una historia singular. Un relato duro y sensible a la vez que nos hará viajar muy lejos de nuestro ambiente, hacia un mundo hostil para los débiles. Sus páginas están impregnadas de soledad, temor, desolación, sequía, hambre y muerte. Una lectura que solamente recomendaría a quien busque una lectura diferente. Este puede ser un libro soporífero o inmortal, todo depende del lector.
Título: Intemperie. Autor/a: Jesús Carrasco.
Editorial: Seix Barral. Nº páginas: 224. Precio: 16,50€