"Desde el dormitorio, ella me llamó. Se había levantado, así, envuelta en la frazada, y estaba junto a la ventana mirando llover. Me acerqué, yo también miré cómo llovía, no dijimos nada por un rato. De pronto tuve conciencia de que ese momento, de que esa rebanada de cotidianidad, era el grado máximo de bienestar, era la Dicha. Nunca había sido tan plenamente feliz como en ese momento, pero tenía la hiriente sensación de que nunca más volvería a serlo, por lo menos en ese grado, con esa intensidad. La cumbre es así, claro que es así. Además estoy seguro de que la cumbre es sólo un segundo, un breve segundo, un destello instantáneo, y no hay derecho a prórrogas."
Por fin", pensé cuando tuve el libro virgen de lecturas entre mis manos. Y es que este libro, que viene a ser la primera obra que leo del famoso escritor uruguayo, llevaba mucho tiempo esperando en mi estantería, llamándome, recordando las muchas recomendaciones que me empujaron a adquirirlo. Y finalmente me dije que no podía esperar más, que no podía retrasar más su lectura. ¡No me podía despedir tan súbitamente de la literatura sudamericana! Hoy os traigo La tregua, de Mario Benedetti.
La tregua es el diario que empieza a escribir Martín Santomé siete meses antes de la jubilación. Martín es un hombre viudo y con tres hijos ya mayores que vive en una cotidianidad asfixiante y triste. Su único anhelo es que estos siete meses pasen lo más rápido posible, aunque no sabe lo que hará entonces durante todo el tiempo que ahora pasa a la oficina. Sin embargo, de repente irrumpe en su vida lineal una joven y bella mujer, compañera en la oficina, llamada Avellaneda para volver a hacer latir a un corazón cansado y agriado por el paso de los años.
¿El amor tiene edad? A través de un narrador excepcional Mario Benedetti transmite con una claridad brillante los sentimientos de un hombre que ve pasar la vida con indiferencia y desilusión. La mujer a la que amaba hace años que ha muerto y su rostro empieza a borrarse de su memoria, sus tres hijos apenas le hacen caso -y lo mismo hace él con ellos-, en la oficina todo se sucede de igual manera y los días van pasando. Una rutina gris, un hombre taciturno. Pero de repente, y sin previo aviso, un sentimiento muy intenso empieza a crecer en el interior de nuestro protagonista, un amor tan fuerte como para dar color a esta vida en blanco y negro.
Este libro cobra la forma de un diario personal y está escrito con una sencillez que hace de canal perfecto para transmitir todo lo que transmite al lector. Los detalles en los que incurre el protagonista a la hora de narrar su día a día se acumulan en el estómago del lector. La soledad, el paso del tiempo, el amor sincero, los celos, la felicidad, los prejuicios, la sexualidad... no hay censura, Mario Benedetti incurre en todas las caras de la vida de Martín sin compasión para el lector, que necesitará unos días para volver a ser él mismo, pues una parte del protagonista ha quedado clavada en su interior. El final, imprevisible, es inmejorable.