
"[...] ¿y qué razón tiene para hacer todo esto? Soy un judío. ¿Es que un judío no tiene ojos? ¿Es que un judío no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones? ¿Es que no está nutrido de los mismos alimentos, herido por las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los mismos medios, calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano? Si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos cosquilleáis, ¿no nos reímos? Si nos envenenáis, ¿no nos morimos? Y si nos ultrajáis, ¿no nos vengaremos? Si nos parecemos en todo lo demás, nos pareceremos también en eso. Si un judío insulta a un cristiano, ¿cuál será la humildad de éste? La venganza. Si un cristiano ultraja a un judío, ¿qué nombre deberá llevar la paciencia del judío, si quiere seguir el ejemplo del cristiano?Pues venganza. La villanía que me enseñáis la pondré en práctica, y malo será que yo no sobrepase la instrucción que me habéis dado."
Aunque me encanta asistir a obras de teatro la verdad es que no soy demasiado aficionado a leerlo. En mi opinión la verdadera identidad de una obra de teatro está en el tono que utilizan sus intérpretes, sus movimientos y su posado en escena. Creo que leer el guión no transmite tanto. Sin embargo, siempre hay una excepción que confirma la regla y dicha excepción tiene nombre y apellido. Hoy os traigo El mercader de Venecia, de William Shakespeare.
La obra empieza cuando Bassanio, que pertenece a la nobleza pero es pobre, le pide a su mejor amigo Antonio, un rico mercader, tres mil ducados para enamorar a una rica heredera, Porcia, de la que se ha prendado completamente. Antonio, que tiene todo su dinero invertido en sus barcos pero a la vez quiere hacerle ese favor a su más querido amigo decide pedirle el dinero a Shylock, un judío macabro y ambicioso. Éste solo pone la condición de que, si no le es devuelta la suma en la fecha acordada, tendrá derecho a una libra de la carne de su deudor, a elección del judío.
Ya había visto la película de esta obra -que, por cierto, me encantó- pero la verdad es que, después de leer el guión, he notado que no se llevó el resplandeciente y elegante guión de la obra a la gran pantalla o, al menos, no de forma íntegra. Es sencillamente impresionante como Shakespeare sabe crear historias tan maravillosas a través de personajes tan ingeniosos como acordes a la perfección del hilo argumental. Yo, que me gusta subrayar los fragmentos que me agradan de un libro, no paraba de subrayar como un loco. Se nota que diseñaba cada párrafo con un cuidado y una precisión digna de arquitecto. Shakespeare fue en el teatro lo que Miguel Ángel en la escultura.
El punto de partida de la historia es la deuda que contrae Antonio con Shylock pero se extiende en todas las direcciones para acabar uniéndose otra vez en la figura Antonio. El juego de los tres cofres para poderse casar con Porcia, el juicio de Antonio y Shylock, el amor entre Nerissa y Graciano, la huida de Jessica...
Aunque se remarca un odio palpable en cada página a la religión judía hay párrafos -por ejemplo el fragmento que os he dejado encima de la reseña- que nos demuestran que Shakespeare era avanzado a su tiempo y entendía cosas que aun hoy no se entienden demasiado.
Hace poco "Mutnodjme" me dejó un comentario en la reseña de Los Miserables, de Victor Hugo, que me encantó y creo que es aplicable a este libro. En su comentario me decía que "las obras actuales son finitas en el tiempo, simples productos. Su extensión, con frecuencia, no está justificada. Forma parte del márketing. En las obras de los grandes nada sobra, todo encaja, evoluciona con naturalidad y su autenticidad no puede menos que atraparte." No puede tener más razón. ¿No creéis?
En conclusión, El mercader de Venecia es una de las obras más cortas de Shakespeare y un clásico que merece ser leído. Sencillo pero bien elaborado, cada adjetivo parece haber sido hecho a medida para el lugar en el que lo emplaza el genio inglés. Así como el guión y la obra de teatro no dejo de recomendar la película del 2004 dirigida por Michael Radford.
Editorial: Alianza. Nº páginas: 160. Precio: 8,50€